Una vez alrededor del año 1600 después de Cristo, un grupo de personas se reunieron como de costumbre para leer la Biblia. Aquel día una de estas personas dió su opinión acerca de algo que había leído en el libro sagrado. Otro de sus compañeros no estaba de acuerdo con aquel punto de vista y expuso el suyo. Se inició un debate y finalmente cada una de las personas del grupo tenía su propia versión o algunos coincidían entre ellos, pero ya habían distintas tendencias o interpretaciones.
Aquellas personas siguieron reuniéndose y conforme pasaban los años, de pronto los medios de transporte habían mejorado y ahora el correo llegaba más rápido y así mismo la gente se podía movilizar de un lugar a otro más lejano en menor tiempo. Además el pueblo ya no era tan analfabeto y entonces, al poder leer, empezó a adquirir gran cantidad de conocimiento no sólo de autores lugareños sino que la literatura venía de todo el mundo hacia todo el mundo.
Llegó un momento en que las diferencias de puntos de vista de aquel grupo de personas que se reunía para leer la Biblia eran tan divergentes que ya no se podían tolerar entre sí y se separaron formando nuevos subgrupos por afinidad de pensamiento y cada uno de estos subgrupos hasta la actualidad estan tan convencidos de ser dueños de la verdad.
Hace más o menos 2000 años, las personas escribían en papiros historias, cuentos, poemas, relatos, fábulas, experiencias raras que no podían comprender, como por ejemplo, de pronto ocurría un fenómeno natural, pero hace dos mil años, eso era como si hoy derrepente un día el cielo amaneciera verde y luego de 10 años aún no se encuentre explicación lógica para aquello, pero dentro de 800 años más resulta que la ciencia por fin descubre que todo fue un fenómeno natural.
Con el paso del tiempo, esos papiros se fueron recopilando y derrepente alguien decidió que determinados papiros iban a formar parte de un libro llamado Biblia y había otros papiros que no eran convenientes colocarlos ahí.
Ocurrieron sucesos similares en occidente, en medio oriente y en oriente.
Actualmente existe la ley del ser humano y aquello que llamamos ética, moralidad y buenas costumbres. Es casi parecido a lo inicialmente expuesto pero más acorde a la realidad de los tiempos actuales. Sin embargo, incluso así, hay puntos que aún son temas de debate. Entonces podríamos preguntarnos, ¿quién decide qué es moral y qué es inmoral?. Tal vez nadie debería decidirlo sino que todos deberíamos saber de memoria qué significa respeto y tolerancia, pero eso no es suficiente sino que se complementa con algo que dice más o menos así: Mis derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás.